Adquisición de arbolado en viveros. Calidad y presentación
Se define la calidad como el conjunto de características de un producto o servicio que afectan su capacidad de satisfacer las necesidades y expectativas del cliente y partes interesadas. Ello incluye bastante subjetividad por parte del comprador o cliente, pero no obstante, existen una serie de características sobre las que se pueden establecer unos criterios al objeto de fijar la calidad de los árboles que adquiramos en viveros, tanto de forma general como según sea la forma de presentación:
Los árboles que podamos adquirir en un vivero pueden presentarse de 3 maneras: a raíz desnuda, propia de especies caducifolias aún jóvenes; con cepellón, propia de especies siempreverdes y algunas caducifolias más delicadas, y en contenedor, propia de ambos tipos y más fiable, tanto por la protección del cepellón de cara a su transporte y manipulación como por la mayor garantía de arraigue del árbol en la plantación. Cuando se presentan con cepellón, éste suele estar protegido por arpillera, papel, yeso, mallas, etc., lo que asegura la unión entre la tierra y las raíces y evita la deshidratación de éstas. Si estos elementos de protección son biodegradables, no habrá necesidad de retirarlos o romperlos en el momento de la plantación. Cuando los árboles se presentan en contenedor hay que diferenciar aquellos cuyo cultivo se ha realizado en el mismo de los que se han cultivado en suelo y son arrancados y puestos en el contenedor, sin que se haya cumplido un ciclo completo de vegetación al menos. Puede haber algún tipo de fraude en este ultimo caso.
 
Calidad del sistema radicular
 
Un buen sistema radicular es, en principio, garantía de una planta sana y vigorosa. En la adquisición de los árboles en vivero, y siempre que las plantas sean presentadas a raíz desnuda, debemos fijarnos en:
Que el sistema radicular sea equilibrado
Que no existan raíces dañadas o aplastadas
Que no existan raíces curvadas o en espiral
Que el color de las raicillas sea blanquecino.
Que no se observen raíces deshidratadas

Sistema radicular de un árbol (dicotiledónea) y de una palmera (monocotiledónea)
En el caso de que los árboles se presenten con cepellón, debemos fijarnos en:
Que esté bien confeccionado y con la forma correcta
Que el tamaño del cepellón sea proporcional al desarrollo del árbol, estimándose que debe tener un diámetro, al menos, del triple del perímetro de tronco del árbol.
Que el tronco esté bien centrado en el cepellón
En el caso de los árboles cultivados en contenedor, debemos fijarnos en:
Que el tamaño del contenedor sea al menos similar al que tendría el cepellón.
Calidad de la parte aérea

En los viveros podemos encontrar los árboles presentados de diversas formas y en diferentes calibres
1. El tronco. La rectitud y uniformidad en el tronco siempre es una característica de calidad. En el mismo debemos fijarnos en:
La ausencia de ramas codominantes (formando horquillas)
La presencia de un sólo tronco uniforme y que se adelgaza gradualmente en altura
La ausencia de heridas o podas mal realizadas
La ausencia de chupones o renuevos
Que la medida corresponda a la deseada.
Esta medida se expresa en perímetro de tronco. Si el vivero utiliza las normas ENA (European Nurserystock Association), dichos perímetros vendrán señalizados por un color.

Perimetro (cm)

Color

Perimetro (cm)

Color

8-10

 

20-25

 

10-12

 

25-30

 

12-14

 

30-35

 

14-16

 

35-40

 

16-18

 

40-45

 

18-20

 

45-50

 
2. La copa. Debe tener la forma natural de la especie o variedad, salvo los casos en que deliberadamente se ha modificado ésta.
Los árboles de copa flechada (con una guía principal del que parten ramas laterales) deberían tener al menos la dos terceras partes de la altura de copa, sin que se hayan eliminado las ramas bajas.
El follaje debe ser sano y presentar un color característico de la especie o variedad.
En el caso de árboles injertados, el injerto debe estar bien unido al portainjertos.
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